Editorial "Dejémonos de changuerías politiqueras. Es hora de sembrar por los Hijos del Cañabera
PuntoRED News: (Editorial) Ayer luego de regresar de Bayamón, de un pesado viaje, llego a mi hogar, a altas horas de la noche. Me doy un baño y me recuesto. Reviso el internet con un vaso de jugo natural, pero de los exprimidos aquí en casa. Entonces llegan a mis oídos la hermosa sorpresa de una sublime canción dedicada a lo mas puro de nuestra PATRIA. Se trata de "Hijos del Cañaberal", de la mas reciente producción de Residente. No pasaron minutos, enjuagados con mis lágrimas por los versos musicalizados de este himno nacional recién parío, cuando me llega la triste nota de un asesinato de una joven madre en Aibonito. Comienzo a trabajar la noticia a primeras horas de la madrugada. Mientras, muchos pensamientos inundan mi entorno, como un eco, una voz fantasmagórica me pregunta, Qué estamos haciendo con nuestra juventud? Que país le estamos dejando a nuestros hijos? Para algunas dos preguntas trilladas. Para los que amamos nuestro terruño se nos va la vida por la ausencia de respuestas. Esta canción de Residente llega en el momento que mas lo necesitábamos. No brinda el perfume de la esperanza en la tierra que nos vio nacer. Al final de la canción es la bandera boricua la que nos recuerda que las esperanzas no caen del cielo. La tenemos que sembrar con sudor en nuestra bandera en alto. Es un llamado urgente a que despertemos. Que los que están mas preocupados por el "escupitazo" en la cara de un profesor, que fue a buscar candela, se preocupen mas por el grotesco salario y los beneficios de placer de una directora ejecutiva de una junta de control fiscal que nos cobrará mas que el presidente de la nación mas poderosa del mundo. Con nuestro dinero público. Es la doble vara la que nos delata ante el mundo. Cuando justificamos que la policía arrastre por la calle a un manifestante ensangrentado por ser "terrorista", mientras hablamos de derechos civiles cuando la misma policía escolta a Angelo Millones para que nadie atente contra su vida. Nos escupen nuestra dignidad como pueblo y miramos a otro lado por la verguenza de aceptar nuestra complicidad silente.
Son los jóvenes de nuestro país, desde las aceras universitarias, desde los espacios de trabajo, desde el amor hogareño de las amas de casa, desde el grito de justicia, desde las trincheras de la paz, los que están sacando la cara por los adultos que le dejamos un país en quiebra moral, social y económica. Pero los estamos matamos en la calle, los estamos subestimando por tener el pelo largo, por sus barbas como banderas. Los estamos desacreditando por el pecado original de manifestarse por defender el derecho a un futuro digno en el archipiélago que reclama que le devuelvan su encanto. Que la palabra "puñeta" no sea una mera moda patriótica pasajera. Que nos dejemos de changuerías politiqueras. Cada cual "jalando pa' su "lao" para complacer a los políticos y "amigos del alma", responsables en gran parte de la crisis. Es hora de pensar en un Puerto Rico Progresista, Libre y Soberano. Pero con ideas que fluyan puras como el agua. De sudores que trabajen sin prejuicios, sin cantaletas para no calentarnos. Cuando celebremos a nuestros atletas en sus gloriosas pasarelas de la victoria pensemos en que hacemos cada uno de nosotros por nuestra nación borincana. Es hora de hacer las cosas con las manos y sin pedir permiso. Es hora de sembrar por los "Hijos del Cañaberal".